la moda y la huella de carbono

 

Un año más, el cambio de armario.

 

Parece que llega el otoño y el primer pensamiento de nuestra sociedad desarrollada es la ropa que nos vamos a poner en esta nueva temporada.

 

Las tiendas están repletas de prendas de actualidad, moda barata y accesible en muchos casos, prendas de usar y tirar por desgracia en muchos casos.

 

Así que los centro comerciales se llenan de consumidores y nuestros armarios cambian de contenido. 

Mientras en otras partes del mundo se acumulan cascadas de ropa usada de lugares lejanos, que inundan las playas. Es la triste realidad.

 La industria de la moda es hiper contaminante. Tiene una huella de carbono tremenda: por los materiales que utiliza, por la cadena de aprovisionamiento, por los procesos de producción, por la distribución de las prendas finales y por la elevada rotación de las mismas.

Afortunadamente en los últimos años están surgiendo muchas iniciativas de moda sostenible: materiales reciclados o ecológicos, plataformas de ropa de segunda mano (VINTED, PERCENTIL,…), y moda compartida con planes de suscripción mensual («fashionsharing» como ECODICTA, OHLUX, PANOPLY o la pionera RENT THE RUNWAY). También la industria está invirtiendo en nuevos procesos de producción que consuman menos recursos (agua, energía) o generen menos contaminación o residuos empleando materiales menos contaminantes. 

la moda y la huella de carbono

 

Pero los consumidores somos el eslabón final de esta cadena de moda insostenible, conocida como «fastfashion» (moda rápida).

 

Así que somos cada uno de nosotros los que tenemos en nuestras manos la decisión de consumir menos moda o de hacer un consumo más sostenible.

 

Si primamos nuestras necesidades reales a la hora de cambiar nuestro armario, si escogemos prendas más duraderas, si elegimos confecciones más sostenibles por sus materiales o procesos productivos, estaremos aportando nuestro granito de arena para ser parte de la solución y no del problema.